martes, 31 de enero de 2012

Kako & His Orchestra - Sock It To Me Latino 1968


Los grandes de la salsa necesitan que alguien divulguen su gran historia…
Desde niño, Francisco Ángel "Kako" Bastar Ramos sintió atracción por la música, aunque no imaginó que en poco tiempo se convertiría en una de las figuras cimeras del pentagrama sonoro latino de la ciudad de Nueva York en los años 50 y 60, al lado de figuras prestigiosas como Mongo Santamaría, Machito Grillo, Charlie Palmieri, Tito Puente, Joe Quijano y Louie Ramírez, entre otros.
Nacido el 21 junio de 1936, en la Calle del Cristo del Viejo San Juan, Kako Bastar inició sus pinitos en el arte como bailarín junto a su hermana Ana Luisa, cuando apenas contaba con siete anos de edad.
Su principal inspiración fue su madre, Eugenia Ramos, reconocida bongocera de una banda de mujeres que se abrió paso en el ambiente musical de Puerto Rico en los años 20 y quien, además, fungió como bailarina de los Pleneros de la 21.
"Mi madre nos incitó a bailar y nuestra primera presentación fue en el show 'En blanco y negro' de Ruth Fernández, en el teatro Tapia, donde bailamos junto a nuestros primos "Cochi" (Ramón Ortiz) y "Cochona" (Isabel Ortiz). También hicimos bailes en el hotel Normandie y en El Escambrón bailando rumba", recuerda Ana Luisa.
Cuenta la hermana del percusionista que aunque Kako tenía un buen desempeño como bailarín -oficio en el que se le auguraba éxito- su pasión estaba en la música, principalmente como percusionista, destreza que aprendió de su madre. "Kako tenía diez años cuando se empezó a mezclar con (Rafael) Cortijo en Santurce, justo cuando mami nos matriculó a estudiar en el Conservatorio de Música", cuenta la también bailarina.
Confiesa que, no empecé a las buenas destrezas que perfilaba su hermano como bailarín y percusionista, su padre, don Francisco Bastar, prefería que su hijo se desarrollara como jugador de béisbol, deporte en el que éste se había destacado en los años 40 siendo la primera base de Los Senadores de San Juan.
A sus 16 años de edad, en 1952, Kako Bastar emigró con su familia a la ciudad de Nueva York encontrando en la gran urbe un espacio fértil para desarrollarse como percusionista, tal y como fue su sueño de niño. Al poco tiempo de residir en "La Gran Manzana", el joven músico ingresó en 1957 a la orquesta de Arsenio Rodríguez, la principal agrupación de son en la época. Esta oportunidad le abrió, a su vez, la brecha para darse a conocer en las lides musicales más prestigiosas del mercado latino neoyorquino y, poco a poco, lanzarse como figura al frente de su propia orquesta.
Antes, acompañó en el bongó a la portentosa orquesta de Frank Raúl "Machito" Grillo, participó junto a la banda de Héctor Pellot, se convirtió en el timbalero suplente de la agrupación de Tito Puente y trabajó en el grupo del músico cubano Belisario López. En 1955, Kako Bastar organizó su primera orquesta, en la que fungió como conguero, timbalero y bongocero, logrando buena acogida en los mercados de Nueva York, Puerto Rico y Panamá. Las primeras señas del trabajo de su orquesta datan del 1958, cuando grabó dos discos 78 rpm con el sello SMC de la compañía Alegre Records, propiedad de Al Santiago. Para esa época también grabó un sencillo en tributo a la música de Rafael Cortijo, a quien siempre consideró su mentor, según cuenta su hermana Ana Luisa.
En cambio, su primer álbum lo logró en 1961 para el sello Alegre, "Kako y su combo", en el que figuró como vocalista Julián Llano y que incluyó los temas "Las nenas del barrio", "Despierta rumbero", "El jaleo", "La gente donde yo vivo", "Tiboco", "Pita el tren", "Chocolate caliente", "No vas a la pachanga", "El bebé", "San serení", "Tengo ganas de llorar" y "El candado y la llave".
Esta producción -matizada en los ritmos de la pachanga, el mambo, el son montuno y el guaguancó- fue presentada como una "valiosa contribución" al sonido caribeño y que "logra de modo magistral el descubrimiento de ángulos temáticos y rítmicos que son un capítulo de buen gusto en la difusión de la música antillana".
En la presentación de este disco, el productor Al Santiago introdujo a Kako Bastar destacando su "notable ejecución de los timbales" y señalándolo como un músico "de acento instrumental personal y un estilo muy suyo para interpretar estos ritmos (caribeños)", cuya virtud es "su intransigencia por conservar intocable el ritmo interpretativo, libre de mistificaciones ni fórmulas artificiosas […] que se ajustan a la verdadera esencia de la música Antillana, con tal fidelidad, que hacen de cada ejecución un acierto".
En 1961, Kako Bastar también se convierte, junto a Charlie Palmieri, en director del proyecto Alegre All Stars que unió a figuras de la talla de Ray Cohen (piano), Bobby Rodríguez (bajo), Frankie Malabé (conga), Louie Malabé (vibráfono) y Chivirico Dávila (voz), entre otros. Al mismo tiempo fue "caza talento" para el sello Alegre contribuyendo a lanzar a la fama a muchas figuras musicales que hoy se han destacado en el ambiente.
Ya convertido en una figura con personalidad en el mundo musical caribeño de Nueva York, Kako Bastar lanzó su segundo disco, "Kako y su combo, volumen II" (1962), con la participación de Chivirico Dávila en la interpretación de los temas "Mi guaguancó", "El malo", "Cuidadito compay gallo", "Te voy a comprar", "La plena de San Antón", "Encantado de la vida", "La lengua melódica" y "La pesadilla", entre otros. Fue entonces cuando se produce su reencuentro con las figuras de la música popular en Puerto Rico, casi en un cruce con la base de su musicalidad y sus raíces sonoras.
Acompañado de Chivirico Dávila, Charlie Palmieri y Paquito Guzmán, y bajo la producción de Al Santiago, Kako Bastar reúne a las personalidades más relevantes del cancionero boricua para crear el álbum "Puerto Rican All Stars Featuring Kako", en 1963. El cónclave se integró, en primer orden, por los músicos de la recién creada agrupación El Gran Combo: Rafael Ithier (piano), Mikie Cruz (bajo), Roberto Roena (bongó), Milton Correa (timbales), Martín Quiñones (conga), Quito Vélez y Miguelito Miranda (trompetas), y Eddie Pérez y Héctor Santos (saxofón).
Al grupo se añadieron Jesús Cañedo (saxofón), Fernando Arbelo (trombón), Johnny Rodríguez (voz), Daniel Vázquez (conga) y César Concepción, y Mario Ortiz (trompetas). La grabación de este álbum inició un día en la alborada del mes de febrero de 1963, a las 4:00 de la mañana, y concluyó cinco horas más tarde, en una experiencia que, según reseña el productor Al Santiago en la contraportada del disco, fue "una de las secciones de música latina más modernas y extrovertidas antes grabada".
A este trabajo le siguió el álbum "Tributo a Noro Morales" (1964), acompañado de su New York After Hour Orchestra, en la que incluyó los talentos de Charlie Palmieri (piano), Israel "Cachao" López (bajo), José "Chombo" Silva (saxofón), Louie Ramírez (vibráfono), Joe Quijano (bongó), José Cora (percusión) y Chivirico Dávila y Felo Brito (voz), entre otros.
Anos más tarde grabó el disco "Live it Up" (1967) para el sello Musicor Records, en compañía del cantante panameño Camilo Azuquita, en una producción de Al Santiago, con los temas "Aunque no tengo dinero", "La chica del Barrio Obrero", "A golpe de Timbal", "El guapo", "Ritmo melón" y "Lo que sea", entre otros.
En 1968 participó junto a Charlie Palmieri en la elaboración y dirección de la producción "The Salsa All Stars" con el sello Salsa, en una propuesta que emuló a las viejas descargas musicales cubanas ("jam sesions") con la participación de un grupo de figuras musicales de primer orden, como Israel "Cachao" López, Louie Ramírez, Bobby Rodríguez, Víctor Paz, Pupi Legarretta, Cortijito, Camilo Azuquita, Chamaco Ramírez, Yayo "El Indio", Santos Colón, Héctor Lavoe, Chivirico Dávila y otros. Al mismo tiempo, apareció en el mercado el álbum "Sock it to Me, Latino" (1968, Artol Records), que introdujo en su banda la figura de Miguel Barcasnegras ("Menique") y en el que Héctor Lavoe figuró como corista principal.
"Conocí a Kako en Panamá durante la celebración de los carnavales. Allá tuvo un problema con Camilo Azuquita, que era su cantante, y empezó a buscar quién lo reemplazara. Yo tenía en ese tiempo la mente fresquecita y me pude aprender todos sus números. En aquel momento canté con Beto Tuboa en la provincia de Chiriquí y trabajamos juntos bajo el acuerdo de que nos ayudaríamos mutuamente. Él me dijo que si lo ayudaba a terminar sus presentaciones en Panamá me traería a Nueva York, y así lo hicimos", cuenta el veterano vocalista Menique Barcasnegras.
El cantante panameño, quien arribó a "La Gran Manzana" en abril del 1968, estuvo junto a la banda de Kako por varios meses, hasta que un día, realizando un espectáculo en el club El Caborrojeno, al verlo cantar, Tito Puente le habló a su homólogo Kako para que le permitiera reclutarlo. "Tito (Puente) me ofreció trabajo y yo le dije a Kako que no, porque el acuerdo era que íbamos a tocar juntos, pero él me dijo: 'Ese (Tito) es el maestro y es importante para tu carrera cantar con su orquesta'. Así empecé con Tito, gracias a Kako, que siempre estuvo dispuesto a ayudar a todo el mundo", narra el cantante panameño.
En 1969, el aguzado músico participó como timbalero en la producción "Live Jam Session", con el junte The Cesta All Stars, seguido por "Salsa festival" (1970). Ambos discos fueron dirigidos por Charlie Palmieri y producidos por Al Santiago y Joe Quijano. Contaron con la participación vocal de Cheo Feliciano, Yayo "El Indio", Jimmy Sabater, Víctor Velázquez, Chaquito Montalvo, Willie Torres y Dioris Valladares. Entre los músicos se destacaron Bobby Rodríguez, Willie Rosario, Barry Rodgers (que ejecutó el tres y el trombón), Orlando Marín, Frankie Malabé, Pedro Perdomo, Joe Wohletz y Joe Rodríguez.
Al arribo de la década del 70 se produjo la unión de dos figuras cimeras de la canción popular caribeña, en una producción que sacudió el ambiente musical latino de Nueva York. Se trata del disco "Lo último en la avenida" (1971), que juntó a Ismael Rivera con Kako y su orquesta, en una producción excelsa que se dio en medio de los trabajos de "El Sonero Mayor" y sus Cachimbos e incluyó las composiciones "Mi negrita me espera", "La cumbita" y "El cumbanchero", entre otros.
En el mismo tono de reencontrarse con la raíz de su musicalidad e historia, Kako grabó el álbum "Ritmos y cantos callejeros" (1973) con Rafael Cortijo, cantando Chivirico Dávila e Ismael Rivera en los coros. Al mismo tiempo apareció en escena la producción "La máquina y el motor", que unió por primera vez el talento del cantante cubano Eugenio "Totico" Arango y El Trabuco de Kako Bastar.
Este trabajo, en palabras del fenecido compositor puertorriqueño Tite Curet Alonso, "está lleno de sabor y está disparando comentados cartuchos de salsa viva y el público los está siguiendo, las interpretaciones aquí incluidas están entre las mejores de salsa de cuantas vendrán al mercado este ano".
La propuesta, que incluyó temas como "La máquina y el motor", "Así se baila", "Oye mora linda", "Los barrios unidos", "Oye los tambores" y "Para ya bandolera", fue continuada con el álbum "Siguen pa'lante y pa'lante", con el que el binomio de artistas consagró su éxito. "Totico es un cantante rumbero surgido de la línea directa del guaguancó callejero, de solar y barrio que desde muchacho seguía por La Habana los pasos de cuanto conjunto y cantante bueno hubo en aquella ciudad. Tocando tumbadora y cantando a la vez el sabroso guaguancó, convenció a medio mundo y se le tiene como uno de los mejores es ese género, que domina a perfección", senaló Tite Curet en la presentación de uno de los discos del dúo de artistas.
En 1974, Kako Bastar irrumpe en el mercado con el trabajo "Kako", bajo la producción de Louie Ramírez, y en el que se consignó la grabación de los primeros temas del compositor orocoveno Ramón Rodríguez: "Sinceridad" y "La cazuela". Un año después, el percusionista se une nuevamente al legendario vocalista Camilo Azuquita en el disco "Salsa" (1975), seguido por "Unión dinámica" (1976).
Entrado el año 1977, Kako regresó a un estudio de grabación acompañado de la mayoría del séquito de músicos que años atrás habían conformado las producciones "The Alegre All Stars" (1961), "The Salsa All Stars" (1968) y los dos álbumes trabajados con el junte The Cesta All Stars (1969 y 1970), pero en esta ocasión para lanzar la reunión de estrellas musicales del sello Alegre, en cuatro producciones de alta calidad: "Perdido", "El manicero", "Lost & Found" y "Way Out".
A finales de la década del 70, Kako Bastar reapareció tocando bongó con la banda de Frank Raúl "Machito" Grillo y durante los años 80 compareció junto a la orquesta Típica 73. En 1984, grabó el disco "En la avenida otra vez" junto a Ismael Rivera, hijo, en la parte vocal, incluyendo los temas "Que murmuren", "Para cantar", "Se escapó un león", "Tú eres", "Agitando", "Hola qué tal", "Viva Colombia" y "Admiración".
Esa producción, aunque pegó en la Isla con el tema "Que murmuren", sólo se reprodujo en el mercado de Panamá y se espera que prontamente esté disponible en el mercado nacional. Francisco Ángel "Kako" Bastar falleció el 29 de julio de 1994, víctima de un infarto, hecho que su hermana Ana Luisa asegura le vino como consecuencia de su padecimiento de diabetes.

viernes, 27 de enero de 2012

The Latin Brothers - Duelo De Picoteros 19??


Con la creación de The Latin Brothers a principios de los años setentas y debido a sus éxitos, las directivas de Discos Fuentes, encabezadas por los hermanos Pedro y José María Fuentes, apoyaron la formación de varias agrupaciones que siguieron explorando la nueva expresión musical que había dado sus primeros pasos en los suburbios de Nueva York, dentro de las comunidades latinas.
La triunfal llegada a la orquesta “FRUKO y SUS TESOS”, de Álvaro José Arroyo (Joe Arroyo),y Wilson Manyoma Gil (Saoko) los que se destacaron como voces revelación, tanto como vocalistas solistas y como grupo, esto produjo la salida de Edulfamid "Piper Pimienta" Díaz, a raíz de eso los hermanos FUENTES, propietarios de la disquera, Discos Fuentes, promotora y cocreadora de la orquesta FRUKO reunidos con el director de esta, el maestro Julio Ernesto Estrada, “FRUKO” tomaron la decisión de crear una nueva orquesta para no perder la voz del gran cantante "Piper Pimienta”, y le dieron el nombre de THE LATIN BROTHER’S.
En 1974 apareció el primer álbum de la orquesta The Latin Brothers, con la voz líder de quien impusiera los primeros éxitos de la orquesta, Píper Pimienta Díaz.
Hoy The Latin Brothers tiene el orgullo de haber sido la plataforma perfecta para lanzar al estrellato a varios vocalistas; en su repertorio, forjado en más de 20 años de actividad artística, se encuentran múltiples clásicos de la salsa y de la música caribeña que aún perduran en el gusto de sus muchos seguidores, y lo más importante, continúa vigente y abriendo mercados en el mundo.
LA ORQUESTA HOY
Al pasar de los años lo ideal es que una agrupación evolucione y vaya dejando a su paso una trayectoria que la respalde. Esto es precisamente lo que ha hecho The Latin Brothers, por ello hoy cuentan con un amplio reconocimiento que procuran mantener en cada nuevo proyecto musical. La orquesta THE LATIN BROTHER’S es dirigida y orientada inicialmente por sus creadores Fuentes y Fruko, decidieron luego, encomendar su dirección general y musical, al que desde hace mas de 11 años la viene manejando y orientando el hijo del maestro FRUKO quien lleva el mismo nombre de su padre, y que se diferencian por el segundo apellido, THE LATIN BROTHER’S, su actual director general y musical, Julio Ernesto Estrada López Fruko ”jr” Su experiencia, y los profesionales que participan en cada una de sus creaciones, son motivo de garantía para un público que espera sentir una satisfacción total al escuchar a sus preferidos.
DIRECTOR GENERAL Y MUSICAL
JULIO ERNESTO ESTRADA LÒPEZ, hijo y heredero musical de JULIO ESTRADA "FRUKO", Nace el 10 de Septiembre de 1973. a los 6 años de edad integra la agrupación infantil LOS PICO PICO y de ahí en adelante ha sido integrante, arreglista y productor de reconocidas orquestas como Sonora Carruseles, Sonora Dinamita, Banda la Bocana, Fruko y sus Tesos entre otras.

Amilcar Boscan - Amilcar Boscan 1985


En 1979, año previo de su ingreso a la universidad, -para iniciar estudios de abogacía, grado que obtendría en 1986- se inicia profesionalmente dentro de la música como cantante de la conocida agrupación venezolana Guaco. En sólo cinco años realizó una meteórica carrera en la escuela de Guaco, que lo catapultó a una fama que trascendió las fronteras venezolanas; todavía hoy son célebres sus interpretaciones de temas como "Cepilla’o", "El Billetero", "El Pastelero", "Adiós Miami" y "Un cigarrito y un café". En enero de 1985, se aparta de Guaco para asumir el rol de solista como artista exclusivo del sello Sonorodven, explorando otras tendencias dentro de la música tropical, debutando entonces exitosamente con un primer álbum discográfico que incluyó los temas "Apariencias" y "Señorita de 15 Años".
Entre 1988 y 1989 se residencia en los Estados Unidos con el objetivo de aprender inglés. Durante este período conoce al maestro Willie Colón, con quien grabaría posteriormente "Los olores del amor", y quien lo convirtió en uno de sus autores. Para muestra: "American color", "Cayo Condón", "Talento de televisión" y "Despertares".
En 1992 conformó la "Orquesta Amílcar y Latin Boys", con la cual cosechó éxitos en Estados Unidos, Colombia, Panamá, Perú, Puerto Rico y México, gracias a temas como "Melancolía del domingo", "Ni chicha ni limonada", "Respuesta", "Gitano Amor", "Meditación", "Magia blanca, Magia negra", "¿Por Qué?", "Mujer de piedra", "Amor de Guadalajara", "Apariencia", "Quinceañera", "Sevillana" y "Compañera"
Amílcar Boscán es también un prolífico compositor. Se han grabado profesionalmente más de 150 obras musicales de su autoría. En los últimos 20 años, ha sido el escritor más recurrido por el legendario maestro de la salsa Willie Colón, para quien ha compuesto alrededor de 18 temas, incluyendo "Talento de Televisión" y "Caer en Gracia", ambos incluidos en el disco que sirvió de reencuentro entre el propio Colón y Rubén Blades (1992).

jueves, 26 de enero de 2012

The New York Band - Nadie Como Tu 1989


Cherito tuvo un rol protagónico en la legendaria orquesta The New York Band desde el año 1988 hasta el 1996, como cantante líder, compositor y co-productor de los éxitos musicales más destacados de la banda. Entre sus aportes están los temas "Si tú no estás", "Nadie como tú", "Dancing mood" y "Dame vida".
Puedo estar equivocado acerca de esto, pero creo que este grupo fue formado por el trompetista Dominicano / director de orquesta Wilfrido Vargas, como una manera de integrar el merengue con otras formas de la música del Caribe como la salsa, soca y conpa, mientras dibuja en el mercado de los jóvenes con temas románticos y fotogénicos cantantes masculinos y femeninos. Por los años 80, la New York Band se ha ejecutado por el productor Chery Jiménez, quien instaló a Cherito su hijo como cantante principal (así como un compositor de eficacia). Ellos dejaron su huella con un par de merengues románticos, siguiendo el camino trazado por Juan Luis Guerra. Y con el anuncio de su nombre de la banda en cada canción. Más populares como un cuarteto con Alexandra, Johnny, y Miosotis, el grupo pasó por una serie de cambios en la alineación - el álbum más reciente que tienen características de una línea de varones, con el remanente sólo Cherito. Ninguno de ellos han sido los grandes cantantes, pero la constante ha sido la música de baile pegadizo que nunca se volvió demasiado complicado, y porque Cherito es un buen compositor, y tanto él como su padre son conocedores de los productores, que no podríais enumerarlas en su totalidad. Hablando de eso, Cherito sacar un disco en solitario, X Chery, y amenaza con remontar. (DBW)
Formación:
A partir de 1986, los cantantes incluidos ríos Franklyn, Irisneyda y Magda Lake. En 1989, habían sido reemplazados por Cherito Jiménez, Alexandra, Johnny y Miosotis. Johnny y Alexandra reemplazado por, Tony y Maggie, 1992. Johnny y Maggie reemplazado por Andy y Ariel, alrededor de 1995.

Joey Pastrana And His Orchestra - The Real Thing 1970


La década de los 60’s desencadenó una interesante oleada de propuestas y paradigmas en el escenario mundial de las artes. Ya el desarrollo tecnológico comenzaba a dar algunas luces. Observar la posibilidad de llegar a conquistar la luna, fue tan sorprendente como la hazaña musical planetaria alcanzada por aquellos cuatro excéntricos chicos de Liverpool. Y vaya que sí hubo cambios. La avanzada musical definitivamente sería otra a partir de aquellos días. Era el preludio de un “Woodstock” girando en torno a una joven generación de talentos, que sin dejar de ser leales a sus raíces latinas, definieron muy bien su concepto musical como auténtica expresión del Harlem de Nueva York. Así surgiría el Boogaloo y el Shingaling, como una corriente con claros elementos del Pop moderno fusionada con un evidente aire de ritmo cubano.



En el ambiente del “Latin Soul” americano, un grupo de jóvenes había tomado por asalto un nuevo reducto musical con personalidad propia. En consecuencia, la propuesta presentaría una opción de baile como interpretación local. Se insiste en que la inspiración parte de una “Guajira in Blue”. Como quiera que sea, algunos de estos noveles músicos —que se habían nutrido de las influencias de los tres grandes y las clásicas orquestas cubanas de los 40’s y 50’s- intuyeron la necesidad de tender un puente, entre el cadencioso ritmo afrocubano, y el abrumador movimiento Pop americano, donde este último en particular centraría su intención de ritmo en un atractivo sentido hacia el baile. El éxito del ritmo era el producto de su propia figura de baile. Y esto no es sólo un axioma comercial discográfico. Los negros americanos y los descendientes de latinos en NYC habían encontrado un modo común de interpretar su propia mezcla rítmica y vocal: el Boogaloo.



Joey Pastrana es uno de aquellos legendarios chicos que a mediados de la fulgurante década de los 60’s, dirigió su dotación y estilo de banda hacia la interpretación del moderno acento de “Latin Soul” conocido como Boogaloo. Es probable que cualquier conjunto clásico de Salsa de NYC de aquella época pudiera fácilmente —y con toda propiedad— interpretar y ejecutar los rudimentos del Boogaloo; sin embargo, no todas las agrupaciones nacientes del género Boogaloo podían hacer lo mismo frente a los ritmos cubanos usualmente abordados en la “Salsa”. No obstante, Joey Pastrana sería una excepción. Él supo mantener un discreto equilibrio en su interpretación de ambos géneros.



Tal vez su “Rumbón Melón” se ha convertido en una de las más difundidas antologías del sonido tradicional de la Salsa de NYC. El reconocido músico y director de orquesta venezolano, Johnny Sedes, en una entrevista para la radio expresó: “La aparición de los temas ‘Fango’ y ‘Rumbón Melón’ fijaron las directrices de cómo tenía que ‘sonar’ la Salsa de NYC. A partir de estos temas, algunos conjuntos del Son Moderno de Nueva York (Salsa) siguieron esa ruta: el tipo de sonido, arreglos, acento, estilo, dotación, etc.”. Particularmente pienso que esta reflexión del Maestro Johnny Sedes es digna de ser apreciada y valorada en su contexto.